miércoles, 29 de diciembre de 2010

Alquimizando (es para leer muy lentamente y conectarse con cada frase)



Miro hacia atrás y el vértigo del vacío me tambalea de viento y aromas desconocidos…
Miro mis manos y no se si son, eran o serán mías…
Mi accionar es como un trozo de madera flotando en el océano, las voluntades son relativas.
En medio de esta amalgama  me pierdo, recuerdo el precipicio detrás y me animo a mirar hacia el horizonte…
Esta vez estoy preparada…en aladelta…
Saltaré para disfrutar de una vista distinta, me reinventaré cada segundo, mis células se reproducirán con un matiz hasta hoy desconocido.
Mi alma no entra en este cuerpo, me trasciendo y lloro: es lo bueno de no controlar las emociones.
Solo sé que me espera, luego de haber aterrizado, un hermoso y vertiginoso camino por comenzar…
Y detrás…
Detrás ya no sé si queda…o qué queda…


jueves, 16 de diciembre de 2010

Contacto con lo real



jueves, 9 de diciembre de 2010

BUTTER FLYING

martes, 7 de diciembre de 2010

DESEOS - Algunas reflexiones

Deseo

(Del lat. desidĭum).
1. m. Movimiento afectivo hacia algo que se apetece.
2. m. Acción y efecto de desear.
3. m. Objeto de deseo.
4. m. Impulso, excitación venérea.
arder en ~s de algo.
1. loc. verb. Anhelarlo con vehemencia.


¿El lo que deseamos, verdaderamente lo que NOSOTROS deseamos?
Conectarse con uno mismo, algo de lo que se habla mucho, pero se ejercita poco.
¿Hasta donde una meditación o la costumbre de practicar visualizaciones y relajaciones pueden llevar a conectarnos con “uno mismo”?
¿Qué es uno mismo?
Creo que uno mismo es simplemente todo lo que nos rodea: somos nuestras relaciones en movimiento, somos esencia, práctica y memoria en constante fluir.
Sin embargo, tendemos a formar nuestro YO de una manera coherente según las necesidades que tenemos de vincularnos y sentirnos amados incondicionalmente, lo cual termina por volvernos una especie de “si mismo social”. Creo que nuestros deseos, entonces, están siempre condicionados por el entorno en el que crecemos, las personas y el ambiente social por el cual nos rodeamos. Y ese lugar en el que estamos parados lo elegimos (inconsciente y conscientemente) según nuestras posibilidades, haciendo prevalecer la comodidad de nuestro EGO (que es distinto al si mismo).
Esto simplemente hace que nuestra creatividad de ser quede coartada. Nos limitamos nosotros mismos, incluso nuestros anhelos se limitan. Es muy triste. Es muy triste auto limitarnos de esa forma, porque nuestra felicidad queda condicionada. Nuestra vida se vuelve una hipocresía y nuestras potencialidades se derrochan tal como derrochamos agua los argentinos al lavar el auto a manguera suelta en la calle (y con agua potable! God…).
Con esto no quiero decir de ninguna forma que no deban existir los límites sociales, pero tampoco es bueno vivir aferrados a ellos.
Este año tuve la oportunidad de irme a vivir a Barcelona unos meses y por primera vez con mi amiga Belén nos preguntamos a nosotras mismas: ¿Alguna vez nos cuestionamos en qué lugar del mundo nos gustaría vivir? La respuesta es que hasta ese momento: NO, jamás. La sensación de infinitud y libertad que nos dio esta pregunta tuvo consecuencias y desdoblamientos miles, desde preguntarnos qué queríamos hacer realmente de nuestra vida, hasta cuestionarnos prejuicios sociales que formaron patas de nuestra cosmovisión a lo largo de más de 24 años…
Consideramos que deseamos algo y si: analizamos muy en profundidad y bajamos a lo más oscuro de nuestro ser, nos damos cuenta que la mayoría de las veces esos deseos tienen que ver con deseos de nuestros padres o, peor, la contra a los deseos de nuestros padres.
¿Cuánto tiempo más nos privaremos de conectarnos con todo lo que somos y lo que deseamos, por la simple comodidad de encajar?

SOMOS POTENCIA, TENEMOS HERRAMIENTAS: ES HORA DE CREARNOS.


A veces hay terror de hacerse cargo de uno mismo: porque nos invaden las contradicciones, y nuestro potencial se vuelve algo que percibimos no poder sostener. Hay que tener mucha valentía para, una vez conectados con nuestro verdadero centro de contradicciones, accionar y comportarnos siendo fieles a ese uno mismo.


Somos todo lo que nos rodea: absolutamente todo. Ya que somos sujetos, nuestra vida se vuelve la subjetividad que le otorgamos a las personas y cosas. Así, proyectamos nuestra propia energía en el entorno que nos rodea, dejando fuera nuestro la sombra de nuestro ser, evitando la responsabilidad de ejercitar y transitar ese potencial, refugiándonos en el ego que creamos, condenándonos a una postura cómoda que solo nos refugia de crecer conscientemente y evolucionar como seres independientes.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sobre la fidelidad

¿A que llamamos FIDELIDAD?
Según la Real Academia Española, Fidelidad significa:
(Del lat. fidelĭtas, -ātis).
1. f. Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona.
2. f. Puntualidad, exactitud en la ejecución de algo.
Ahora, me pregunto, debe la lealtad deberse a otra persona o cosa, o puede ser uno fiel a sí mismo y a su deseo?
Muchas ideas invaden mi mente y me llevan a muchos recovecos en los cuales me cuesta mucho simplificar y no desdoblar en nuevas ideas. Los parámetros se vuelven infinitos y la cuestión muy hermenéutica, pero trataré de transmitirles la idea sin irme por esas hermosas y brotadas ramas.
Hace varios años me tatué un hipocampo o caballito de mar, como quieran llamarlo, cuyo significado es FIDELIDAD, ya que cuando un hipocampo muere, su pareja no puede continuar viviendo. Conociendo lo despelotada que es mi vida amorosa me preguntan con cara de ironía ¿fidelidad, vos? A lo que contesto: si, fidelidad a mi misma y a mis principios.
Ahora, ¿será imposible compartir los mismos principios con alguien y ser fieles a un acuerdo en común? Si individualmente nos conectamos con lo profundo, y aceptamos nuestros deseos, tengo la esperanza de que sí.
Creo que la sociedad y la familia nos ha moldeado para que entendamos el término fidelidad como sinónimo de estar en una relación de pareja “estable”, o con proyectos, y no intimar con alguien del sexo opuesto…¿Es esto justo y sincero? Personalmente creo que muchos de nosotros no estamos preparados para asumir verdaderamente este concepto de fidelidad sin reprimirnos, sobre todo con el libertinaje que nos rodea hoy en día.
Creo que la monogamia es un concepto y una tradición social al cual nos ajustamos muchas veces forzadamente, pero con el cambio de era y el paso del tiempo inevitablemente se va a ir diluyendo y transformando.
En gran medida las consecuencias sociales y familiares de mantener a toda costa lo que llamamos “fidelidad” solo ha concluido en familias separadas, triángulos amorosos, rupturas violentas, o familias en las cuales “esta todo perfecto” pero sus raíces de infidelidad dejan secuelas en los menores que crecen en su núcleo.
¿Estaremos preparados para asumir nuestros verdaderos deseos y romper con semejante mochila que viene de hace tantas generaciones atrás?
Si tuviera que sincerarme, creo que no podría ser fiel en el sentido socialmente aceptado, creo que cada pareja puede crear su concepto de fidelidad, donde algunas “aventuras” con el sexo opuesto sirvan de incentivo y no de razón de melodrama, traición y dolor. YA LO SE: dirán que es muy fácil decirlo, pero imposible llevarlo a la práctica. No digo que sea algo fácil. Es fácil racionalizarlo, pero difícil de bajar a las tripas. Pero al mismo tiempo, si no nos hacemos cargo de nuestros deseos más profundos, ¿Cómo podremos ser sinceramente libres y felices?
No digo que todas las personas compartan esto, hay personas que pueden ser felices y ser fiel a sí mismas solamente con una persona. Personalmente, considero que esta forma de vincularse deja al otro con una carga y expectativa que termina por explotar: un hombre o una mujer, no pueden ser todo lo que esperamos o necesitamos, creo que este es un concepto muy infantil. Sentirnos deseados por el sexo opuesto y percibir lo mismo de una pareja es lo que nos vuelve atractivos.
La juventud de hoy en día es responsable de los nuevos patrones que se construirán para el día de mañana: el mundo evoluciona, las ideas cambian, la mente se abre hacia nuevas fronteras, y dentro de todo este cambio, considero que hay conceptos básicos en nuestra forma del ver el mundo que DEBEN ser revisados si queremos ser socialmente responsables.
La estructura de la familia tradicional tal como nos fue inculcada es un modelo que poco a poco deja de ser a lo que aspiramos. Si bien la mayoría sostiene que lo que desea de su vida es “formar una familia y tener hijos”, hay algo de ello que muy inconscientemente nos aterroriza, porque atenta contra nuestra libertad. Y somos los únicos responsables de dar una vuelta de tuerca. No dejando esos objetivos de lado, pero sí revisando nuestra moral, abriendo nuestra mente y corazón, dejando de sostener posturas hipócritas que solo nos llevan a reprimirnos.
Probablemente, al revisar mejor el concepto de fidelidad, entendamos que el amor es sinónimo de libertad y aceptación, y hay que ser sincero con un mismo, para poder aceptar libremente al otro: con sus deseos y sus principios. Quizás, luego de aceptarnos y aceptar, esa libertad nos otorgue una relación en la cual ni siquiera sea necesario tener “aventuras” por ahí…

ASTROS DEL DÍA