Van a ver que las
imagenes son poco armónicas: así es New Delhi: caótica. Mezcla de olor a
incienso, basura y orina (parece que respiraras gas); vendedores que no te
dejan un segundo de silencio, venden hasta su herencia y regatean precio y
propina (a veces parece que lo hicieran por el ejercicio mismo de hacerlo, como
un juego); concierto de bocinazos (entendí que el que toca la bocina primero y
persistentemente es el que va a imponerse, entonces el resto cede, han
desarrollado un código de organización propio a falta de semáforos), tránsito
compuesto por vacas, ciclorikshaws, autorickshaws, autos, motos, bicis,
colectivos, personas...ya les pasaré un video...
La pobreza es degradante, creo que es una ciudad
no apta para todo publico. Incontables personas (la mayoría desnutridas)
durmiendo en cualquier lado de la calle, revolviendo basura, con heridas llenas
de moscas y bichos...Viven y duermen en la calle, en carpas, o simplemente
llevan encima una manta y se tiran donde les parece.
Independientemente de las fotos sonriendo
(evidente después de no ver por seis meses a mi hermano), muchas lágrimas y una
movilización de valores importantes nos invadieron al estar en contacto con una
realidad social y cultural tan distinta a la nuestra...Después de New Delhi hay
un punto de fractura, es imposible volver atrás, es un camino de no retorno,
solo que no sabemos hacia donde nos lleva...