lunes, 14 de noviembre de 2011

Tiempo

El tiempo transcurre a un ritmo que todavía no comprendemos.
Intentamos forzar respuestas a nuestros actos y desesperamos.
Cada hecho tiene consecuencias en niveles que aún no percibimos y en tiempos que no esperamos ni imaginamos.

Cada ir y venir. El devenir.
La espiralada circularidad de la vida se confunde con estancamiento.
Nos resta aún abrir ciertas dimensiones de lo que consideramos real.

Subjetivos, nos volvemos presos de la espera sinsentido de la causa-efecto. Mientras, el mundo evoluciona en múltiples canales.

Analizamos la realidad bidimensionalmente: maniqueísticamente.

Nos perdemos gran parte de la imagen, y toda una gama de colores y sonidos.

El alma grita por expandirse ....y nos conformamos con evadirnos...

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